José Rosell, socio director de S2 Grupo, habló de ciberseguridad y de los peligros que entrañan las nuevas tecnologías. El objetivo de la clase era que los alumnos tomaran conciencia de la importancia que tiene la ciberseguridad en la sociedad digital en la que vivimos. José Rosell les hizo reflexionar sobre el papel que juegan como ciudadanos, como empleado de una empresa y como parte de la sociedad en el ámbito de la ciberseguridad. Durante la ponencia, analizó cómo la parte cibernética está afectando a los conflictos bélicos entre Estados, cómo ha crecido el cibercrimen y el impacto que tiene en la actualidad y cómo tomar conciencia y ayudar a que el mundo funcione mejor. “El objetivo no es meter miedo, sí tomar conciencia y eso supone conocer la amenaza. Ese conocimiento asusta en un primer momento, pero supone el primer paso para gestionar el riesgo. Creo que estos jóvenes se llevan las herramientas adecuadas para poder manejar mejor el peligro a partir de ahora”, aseguró Rosell.
La IA como catalizador de la salud de precisión
El lado positivo de las nuevas tecnologías, concretamente de la Inteligencia Artificial en el ámbito de la salud, lo desarrolló Ángel Alberich-Bayarri, CEO de Quibim, durante la segunda ponencia de la jornada. Los alumnos pudieron ver las aplicaciones de la IA en la mejora del diagnóstico y en la detección temprana del cáncer con más exactitud, en ocasiones, que la de un médico. Estos increíbles avances están haciendo que cambie rápidamente el ámbito de la salud y crean ciertas controversias. Ángel Alberich-Bayarri habló de algunas de ellas, como la responsabilidad legal. “Por ejemplo, ¿quién es el responsable legal de un diagnóstico cuando comenzamos a utilizar Inteligencia Artificial: será el médico, será la IA? Se cree que la IA no está regulada por ser algo nuevo, pero en el ámbito médico no es así. Todo lo que entra en un hospital tiene que ser un dispositivo médico y tienen que estar aprobados, en Europa, por el marcado CEE”, explicó Alberich.
El uso transparente de los datos personales
Hay una ley bastante estricta en cuanto a la protección de datos. En el ámbito de la salud, actualmente se está viendo qué punto se puede adecuar a la utilización de datos para, por ejemplo, nuevos diagnósticos, porque hoy en día hay que negociar con cada uno de los hospitales que tiene esos datos y no es un proceso fácil. “Si hubiera más transparencia y más educación sobre la utilización de los datos, quizá los pacientes no tendrían tantos reparos en cederlos para, por ejemplo, la investigación de cáncer de mama”, reflexionó Alberich. “Tengo la sensación de que hoy no controlamos nuestros datos”.
Ángel Alberich quiso también subrayar otros usos positivos de la IA en la salud. El impacto de esta tecnología está siendo muy positivo en el ámbito del desarrollo de fármacos porque gracias a las técnicas digitales podemos hacerlo más sostenible al disminuir el número de pacientes que se necesita o acortar el número de fármacos que se utilizan.