En este artículo, el profesor José Antonio Fernández Lomber, coautor de “Los orígenes de la experiencia cooperativa de Mondragón” analiza la influencia de la Doctrina Social de la Iglesia en el modelo cooperativo que impulsó el sacerdote José María Arizmendiarrieta con la creación de las cooperativas de Mondragón. Junto con Agustín González ha recopilado una serie de testimonios de 42 personas relacionadas con la promoción de las primeras cooperativas que se unieron al proyecto por su impronta cristiana y por ese ideal transformador de la sociedad a través de la empresa.
José Mª Arizmendiarrieta fue un alumno muy aventajado en su centro de formación, el Seminario de Vitoria. La base de aquel seminario era formar curas (dedicados a la cura -cuidado- de almas) que fueran “sacerdotes, sólo sacerdotes y en todo sacerdotes”… principalmente en el ámbito social. Allí se embuyó, entre otras disciplinas, en la Doctrina Social de la Iglesia que toma sus fuentes básicas de las tres Encíclicas Sociales del 15 de mayo promulgadas en años acabados en UNO: Rerum novarum de León XIII 1891; Quadragessimo anno de Pío XI de 1931 y Mater et magistra de Juan XXIII de 1961. Nótese que hay (exactamente) 40 y 30 años entre ellas y 70 entre la primera y la tercera.
A sencillo modo de ejemplo recordamos algunos párrafos de estos significativos textos.
“Es mal capital (…) suponer que una clase social sea espontáneamente enemiga de la otra, como si la naturaleza hubiera dispuesto a los ricos y a los pobres para combatirse naturalmente en un perpetuo duelo (…). Ambas (clases) se necesitan en absoluto: ni el capital puede subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital”. León XIII, Rerum novarum, nº 14.
“Buscar diligentemente a estos laicos, así obreros como patronos; elegirlos prudentemente, educarlos adecuadamente e instruirlos, ése es cometido vuestro, venerables hermanos y de vuestro clero. Obligación difícil, sin duda alguna, la que se impone a los sacerdotes para realizar la cual tendrán que prepararse con un intenso estudio de las cuestiones sociales (…); pero sobre todo es necesario que aquellos a quienes especialmente vais a confiar esta misión se muestren tales que, dotados de un exquisito sentido de la justicia, se opongan en absoluto (…) a todo el que pide algo inicuo o hace algo injusto; sobresalgan con una prudencia y discreción ajena a todo extremismo.” Pío XI, Quadragessimo anno, nº 142.
“Enseña de forma clara en esta materia, nuestro predecesor (PíoXI) que en las presentes circunstancias conviene suavizar el contrato de trabajo con algunos elementos tomados del contrato de sociedad, de tal manera que los obreros y los empleados compartan el dominio y la administración o participen en cierta medida de los beneficios obtenidos”. Juan XXIII, Mater et magistra, nº 32.
Estos tres textos podrían aplicarse directamente a la trayectoria, tanto formativa como pastoral, de José Mª Arizmendiarrieta.
- Cita de León XIII: la paz social: a pesar de algunas desavenencias que tuvo con la patronal de la Unión Cerrajera y otros empresarios, José María siempre procuró el “entendimiento social” dentro del pueblo. En la confrontación, a menudo conflictiva, entre beneficio empresarial frente a explotación obrera, intentó ─y lo consiguió─ una “tercera vía”: si juntáramos en una misma persona al empresario y al obrero (con sus continuas peleas de más trabajo y menos sueldo de la patronal y las contrarias de los obreros) desaparecería tal choque y hostilidad. Una cooperativa no es sino eso mismo: todos los componentes de la empresa son sus propietarios (empresarios) y todos los dueños son trabajadores (obreros). José María Arizmendiarrieta logró diluir tal conflicto de intereses y rivalidad social.
- La cita de Pío XI sobre el discernimiento de personas y la educación, encaja perfectamente en su labor formadora desde que llegó a Mondragón, primero en la Escuela de Aprendices de la Unión Cerrajera, después en la Escuela Profesional creada por él mismo. ¡Formación de las personas! He aquí una de las frases ─expresión de su pensamiento─ preferidas: “Alma que no medita es alma que lleva la corriente”. Y todo aquello que subyacía en el subconsciente de los “cinco apóstoles” de ULGOR en el arranque decisivo de las cooperativas era lo que él había ido sembrando desde que llegó al pueblo; siembra que no dejó de realizar durante toda su vida. De hecho, aquel “embrión” educativo de la Escuela Profesional fue evolucionando y creciendo hacia cotas educativas cada vez más altas, y hoy se ha convertido en MU (Mondragon Unibertsitatea) que, siendo una institución muy joven (22 años, -1997-), imparte 18 grados, 22 másteres y 4 cursos de doctorado en tres campus, moviendo más de 7.800 alumnos. Y, ¡qué casualidad! una de sus facultades es de “Humanidades y Ciencias de la Educación”.
- Cita de Juan XXIII: la participación en los beneficios de la masa trabajadora. En este texto el “Papa Bueno” da carta de oficialidad cristiana y católica a la idea de que la riqueza generada en una actividad empresarial, al ser fruto y consecuencia de la conjunción de “capital y trabajo”, el beneficio obtenido debe ser repartido entre ambos. Algo que J. Mª A. llevaba “predicando” desde que llegó a Mondragón, ahora corroborado por el propio Papa. Se le nota un atisbo de orgullo, complacencia y contento cuando, una vez promulgada la encíclica de Juan XXIII, escribe: “Los cooperativistas tenemos la inmensa satisfacción de constatar que el cooperativismo es un movimiento (…) que va adquiriendo más relieve (en) escala y proyección mundial (como) ha quedado consagrado con las manifestaciones contenidas en la encíclica papal Mater et magistra de S.S. Juan XXIII con gran consuelo de los que, además de cooperativistas, somos cristianos”.
Sacerdocio Social: lo que Arizmendiarrieta aprendió, reflexionó e interiorizó en el Seminario de Vitoria sobre este tema, supo lanzarlo, actualizarlo e incardinarlo en el grupo humano que le tocó servir durante treinta y cinco años, desde que llegó al pueblo un 5 de febrero de 1941 hasta el 29 de noviembre de 1976, fecha de su muerte… acaecida en su pueblo: Arrasate-Mondragón.
A continuación, enumeramos algunas citas de las tres encíclicas del 15 de mayo.
León XIII. Rerum Novarum. 15 de mayo de 1891.
15. tengan presente los ricos y los patronos que oprimir para su lucro a los necesitados y a los desvalidos y buscar su ganancia en la pobreza ajena no lo permiten ni las leyes divinas ni las humanas. Y defraudar a alguien en el salario debido es un gran crimen, que llama a voces las iras vengadoras del cielo. «He aquí que el salario de los obreros... que fue defraudado por vosotros, clama; y el clamor de ellos ha llegado a los oídos de Dios» [Sant. 5,4]. (…) han de evitar cuidadosamente los ricos perjudicar en lo más mínimo los intereses de los proletarios ni con violencias, ni con engaños, ni con artilugios usurarios; tanto más cuanto que no están suficientemente preparados contra la injusticia y el atropello, y, por eso mismo, mientras más débil sea su economía, tanto más debe considerarse sagrada. Lo primero que se ha de hacer es librar a los pobres obreros de la crueldad de los ambiciosos, que abusan de las personas sin moderación, como si fueran cosas para su medro personal.
Pío XI. Quadragesimo Anno. 15 de mayo de 1931.
53. De donde se deduce que (…) capital y trabajo deberán unirse en una empresa común, pues nada podrán hacer el uno sin el otro. (…) es completamente falso atribuir sólo al capital, o sólo al trabajo, lo que es resultado conjunto de la eficaz cooperación de ambos; y es totalmente injusto que el capital o el trabajo, negando todo derecho a la otra parte, se apropie la totalidad del beneficio económico.
Juan XXIII. Mater et Magistra. 15 de mayo de 1961.
16. Porque algunos no tenían reparos en acusar a la Iglesia católica, como si ésta, ante la cuestión social, se limitase a predicar a los pobres la resignación y a los ricos la generosidad, León XIII no vaciló en proclamar y defender abiertamente los sagrados derechos de los trabajadores.
32. Enseña nuestro predecesor (Pío XI) que conviene suavizar el contrato de trabajo de tal manera que los obreros y los empleados compartan el dominio y la administración o participen en cierta medida de los beneficios obtenidos (cf. Acta Apostolicae Sedis 23 de 1931, p. 199).
68. Una profunda amargura embarga nuestro espíritu ante el espectáculo inmensamente doloroso de innumerables trabajadores a los que se remunera con salario tan bajo, que quedan sometidos ellos y sus familias a condiciones de vida totalmente infrahumanas.
69. En algunas de estas naciones frente a la extrema pobreza de la mayoría, la abundancia y el lujo desenfrenado de unos pocos contrastan de manera abierta e insolente con la situación de los necesitados.
84. Las uniones cooperativas han de asegurar a estas formas de propiedad las ventajas de la gran empresa (Pío XII, Radiomensaje del 1 de sept. de 1944; cf Acta Apostolicae Sedis 36, p. 2).
José Antonio Fernández Lombera
Coautor de “Los orígenes de la experiencia cooperativa de Mondragón”