Borja Rodríguez Zamarreño es ingeniero, católico y trabaja como Principal Manager en el BBVA. Hace unos años, comenzó a reunirse con un grupo de amigos con el objetivo de hablar de economía desde el punto de vista de la fe. Gracias a estos encuentros, fue profundizando e interesándose por los distintos aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia. Comenzó a investigar cómo seguir formándose y decidió hacer el Máster Universitario en Doctrina Social de la Iglesia de la Fundación Pablo VI que finalizó en julio. “Descubrí vuestro Máster, revisé el temario y el profesorado, me pareció tremendamente interesante, y me decidí a hacerlo”, asegura.
¿Cómo ha sido tu experiencia en el Máster Universitario en Doctrina Social de la Iglesia de la Fundación Pablo VI y de la Universidad Pontificia de Salamanca?
La experiencia en el máster ha sido superpositiva. Había temas que podía imaginar que estarían y que me han interesado muchísimo como la parte de historia de la Iglesia o la Doctrina Social de la Iglesia desde el punto de vista de la política o la economía, pero para mí han sido un descubrimiento otras asignaturas como la DSI desde el punto de vista de la patrística o de la Biblia. Incluso recuerdo una asignatura que estaba más relacionada con la formación, de cómo enseñar esta materia y tuvimos que montar una especie de guion para un programa de radio y aparte de ser útil, tengo que reconocer que fue realmente divertido.
¿Qué destacarías sobre los profesores del Máster?
Destacaría dos cosas. La primera, me ha impresionado su formación, es decir, todos nuestros profesores son doctores en la materia en la que nos han impartido con un currículum realmente impresionante de experiencia en este ámbito, con lo cual hablamos de verdaderos expertos. Y lo segundo, la cercanía, la manera de impartir el máster es muy flexible, para adaptarse a ese ritmo online, pero podías notar la presencia de los profesores durante las semanas que duraba cada asignatura. Participaban en los foros y corregían los trabajos con un feedback bastante constructivo.
“La experiencia en el máster ha sido superpositiva. Hay temas que me han interesado muchísimo como la parte de historia de la Iglesia o la DSI desde el punto de vista de la política o la economía”
¿Has podido interactuar con el resto de los alumnos?
Eso ha sido una de las de las mejores cosas, la posibilidad de compartir con otros alumnos. Aunque el máster sea online, hemos tenido buenas maneras de hacerlo. En todas las asignaturas, una de las actividades era el foro de discusión donde podíamos intercambiar opiniones los unos con los otros. Además, no nos limitábamos a poner nuestras opiniones, sino que íbamos construyendo sobre las opiniones de los demás, con lo cual de verdad se creaba un diálogo enriquecedor entre nosotros y desde luego podías ir viendo cómo evolucionábamos todos al ritmo del Máster. Y tengo que hacer una pequeña confesión y es que teníamos un grupo de WhatsApp por fuera del máster, donde también compartíamos, nos apoyábamos los unos a los otros y teníamos una comunicación más allá de las asignaturas. Algunos de los compañeros eran sacerdotes, otras compañeras eran monjas, pero también había muchos laicos que teníamos un interés genuino con el tema, con lo cual había una verdadera diversidad que enriqueció la experiencia formativa.
¿Qué temática elegiste para tu Trabajo Fin de Máster?
Mi temática del trabajo final de Máster fue una visión del liderazgo de servicio desde el punto de vista o ampliado a partir de la encíclica de Cáritas In Veritate de Benedicto XVI. Al final yo soy un profesional, trabajo en el día a día en el mundo de la empresa desde hace más de 15 años, liderando personas y gestionando talento. Soy un apasionado del mundo del liderazgo. Me encantaba la idea de poder unir el liderazgo empresarial con la Doctrina Social de la Iglesia y la manera de unir ambos mundos fue a través del Papa Benedicto XVI, al que tengo un cariño realmente especial por mi trayectoria vital. Y en concreto me centré en la encíclica Cáritas In Veritate, también por el momento en el que está escrita, en el año 2009, justo después de la gran crisis económica del año 2008. Ahí hay una gran enseñanza para el mundo de la empresa y en concreto, para el mundo del liderazgo.
“Mi temática del trabajo final de Máster fue una visión del liderazgo de servicio partiendo de la encíclica de Cáritas In Veritate de Benedicto XVI. Me encantaba la idea de poder unir el liderazgo empresarial con la DSI”
¿Cómo crees que el máster puede ayudar en el día a día, especialmente en las relaciones laborales?
La Doctrina Social de la Iglesia es llevar el mensaje de Jesucristo, del Evangelio al día a día en la Tierra y a cómo nos relacionamos con el resto de las personas con los que tenemos interacción, con lo cual ya la aplicación en el trabajo es automática, es decir, el cómo poner a las personas por delante de todo. He aprendido a que algunos de los principios básicos de la Doctrina Social de la Iglesia, como pueden ser la solidaridad o la subsidiariedad, el respeto o la preferencia por los más necesitados, son totalmente aplicables también en el día a día del trabajo, para ayudar a crecer a los demás y para ayudar a relacionarte mejor con los demás, con lo cual, para mí la aplicación es clara más allá de las cosas en concreto que hayamos visto en la parte económica.
Y en esa parte económica ¿Cómo se puede aplicar la Doctrina Social de la Iglesia al mundo de las finanzas en el que trabajas y que, en muchas ocasiones, parece bastante alejado de sus principios?
Al final trabajo en el ámbito de las finanzas, pero soy ingeniero, con lo cual digamos que no hay una aplicación directa en lo que son las finanzas en sí, pero evidentemente hay una relación. Yo creo que nos lo ha dicho el magisterio de los Papas. No todo vale, no todo puede ser a cualquier precio. Lo más importante que tenemos son las personas. Y desde luego, no es solamente el qué, sino también el cómo. Creo que la Doctrina Social de la Iglesia pone el acento en el largo plazo, en la sostenibilidad, en crear puentes. Y desde luego, también hemos aprendido que la riqueza no es mala, sino que realmente lo que puede llegar a ser malo es el poner tu corazón solamente en la riqueza y el cómo se haya llegado hasta ahí, que no haya sido a costa de personas que son las más desfavorecidas. La economía ética está muy presente en la Doctrina Social de la Iglesia y desde luego también sirve para derribar estigmas que podemos tener o precompresiones que no son acertadas.
Borja Rodríguez junto a sus alumnos universitarios
Además de trabajar como ingeniero en el mundo financiero, eres profesor en la Universidad de Villanueva y en la de Francisco de Vitoria ¿Cómo aplicas los principios de la DSI en la docencia, a una generación de jóvenes que parece estar marcada por el desencanto?
Como profesor imparto materias del ámbito al que me dedico en el mundo de la empresa, que sobre todo es la transformación digital, muy relacionado también con la transformación de procesos. Y, por otro lado, soy un apasionado del liderazgo. Creo que al final siempre hablamos de la estrategia. Cómo la transformación digital nace de la reflexión estratégica y la importancia de las personas con las que trabajamos, con sus retos, con sus ilusiones, con sus preocupaciones, con sus miedos, con sus ganas de crecer, con sus ganas de formarse. Creo que a partir de ahí es como construimos todo, poniendo en el centro a la persona, ya no solamente por la dignidad que pueda tener en sí misma, sino como ese sujeto protagonista, no solamente de la historia, sino también del mundo concreto de la empresa. En esta era de la inteligencia artificial, sigo siendo un convencido de que los protagonistas vamos a ser las personas. Las respuestas las podremos recibir, pero creo que las preguntas las tenemos que seguir haciendo nosotros y eso es lo que intento inculcarles a mis alumnos.
Puede llegar a haber un desencanto juvenil, de hecho, lo hay, pero creo que la esencia para combatirlo está en los valores, en esos valores humanistas que no dejan de ser los valores cristianos. Entonces creo que lo que nuestros jóvenes necesitan es volver la vista a esos valores esenciales de fraternidad, de verdad, de realmente entender un poco por qué y, sobre todo, el para qué de lo que hacen. Y también, el valor del apoyo de la familia, de ayudarse unos a otros, de entender que no todo es gris, sino que hay cosas que son realmente blancas y cosas que no están bien. Creo que esa vuelta a la esencia, a las raíces, es lo que les puede sacar de ese desencanto. Y creo que también lo que tenemos que hacer es ayudarles a pensar. Me he dado cuenta de que ellos en muchas ocasiones buscan respuestas demasiado fáciles a problemas que no lo son. Entonces, ayudar a fomentar el espíritu crítico también creo que es algo que nos agradecen mucho.
“En esta era de la inteligencia artificial, sigo siendo un convencido de que los protagonistas vamos a ser las personas. Las respuestas las podremos recibir, pero creo que las preguntas las tenemos que seguir haciendo nosotros y eso es lo que intento inculcarles a mis alumnos”
¿Crees que se aplican los valores de la DSI en la sociedad actual o, por el contrario, tenemos todavía mucho trabajo que hacer?
Los principios de la DSI están fundamentados en la ley natural, por lo que personas de buena voluntad los van a poder aplicar. Obviamente hay gente, no solamente en el ámbito de la empresa, sino en el día a día, con una visión un poquito más individualista, que están más alejados de estos valores. Pero tengo que decirte que en general sí, la solidaridad o el respeto, son valores que te vas encontrando y también los encuentras más, a medida que das. Quiero decir, creo que también hay algo muy importante, que es el principio de reciprocidad. Cuando tú das, recibes. El ser humano está ávido de ayudar y ser ayudado.
¿Cómo crees que va a ser el pontificado de León XIV con respecto a la DSI? La elección de ese nombre parece prometedora…
El pontificado de León XIV lo miramos todos con muchísima expectación, con muchísimo interés, con muchísimas ganas. Te voy a contar una anécdota: cuando el Papa Francisco tristemente falleció en la Semana Santa, nosotros estábamos todavía terminando el máster, nos quedaban por lo menos un par de meses y entonces fue como una gran mini revolución en ese grupo de WhatsApp del que te hablaba antes. Que hubiera elegido el nombre de León XIV, un poco en continuidad con León XIII, el Papa casi, entre comillas, fundador de la Doctrina Social de la Iglesia con la encíclica Rerum Novarum, creo que ese ya es un signo absolutamente inequívoco de que León XIV va a poner un acento muy importante en la Doctrina Social de la Iglesia y también dada su formación como matemático, pues creo que nadie mejor para llevarlo a cabo en esta era de la Inteligencia Artificial. Tenemos ante nosotros otra revolución industrial como la que tuvo León XIII con esa lucha entre dos visiones políticas y económicas tan claras en ese momento, pues ahora tiene ante sí otro reto mayúsculo como es la integración de la inteligencia artificial generativa en el día a día de nuestra sociedad. Así que, como te he dicho, muy expectante.
“Nadie mejor que León XIV para poner el acento en la DSI, en esta era de la Inteligencia Artificial, dada su formación como matemático”
¿Por qué recomendarías realizar el Máster en Doctrina Social de la Iglesia?
Por dos grandes razones, la primera, por acercarse a la Doctrina Social de la Iglesia. Es un ámbito con una riqueza maravillosa. En el Máster hemos hablado de política, de historia, de antropología, de economía… También hemos hablado de esa visión de la doctrina social desde la patrística, la Biblia, los santos…La verdad es que ha sido un descubrimiento, también hemos abordado temas más sociales como la migración o la opción preferencial por los pobres, con lo cual la visión holística que el máster da sobre la Doctrina Social de la Iglesia es inmensa. Es decir, que nadie piense que a lo mejor se trata de algo muy concreto, de cómo ayudar en Cáritas. No, es mucho más amplio.
La segunda razón, hilando un poco con lo que te decía antes, por la calidad en sí misma del máster, es decir, por la calidad del profesorado, por los compañeros que vas haciendo y cómo entre todos hay unión y notas que vas aprendiendo. Y, además, es un máster que se hace relativamente cómodo, esa metodología de trabajos cada semana, de asignaturas de tres o cuatro semanas que te van requiriendo, pues, un esfuerzo relativamente constante sin tener grandes picos, que te permite llevarlo relativamente bien y compaginarlo con una actividad laboral normal.
Para mí ha sido un verdadero placer el recorrido que hemos hecho a lo largo del magisterio de los Papas con las diferentes encíclicas que hablan de la Doctrina Social de la Iglesia y el entender esa continuidad en el mensaje de los Papas y cómo la Iglesia ha sido capaz de ver con los ojos de la fe, con los ojos del Evangelio, la realidad de cada momento mientras seguía guardando la esencia, que no es otra que el mensaje de Jesús y la fe en Dios.
