Hace un año, a los pocos días de la invasión a Ucrania, escribíamos desde la Fundación Pablo VI un artículo sobre el golpe de Estado que Vladimir Putin había dado a la democracia occidental intuyendo -y ojalá no hubiera sido certera la premonición- que la guerra no era para unos pocos días. Decíamos entonces que Putin iba en serio y la invasión nos ponía de manifiesto que el fin de la historia proclamado por Fukuyama, sobre la base de una globalización de la democracia liberal, todavía no había llegado.
Terminaba aquel artículo señalando que, quizás, y con el ánimo de ver algún aspecto positivo de todo ello, la invasión nos concedería a los europeos una -tal vez- última oportunidad para valorar y apreciar la estructura jurídico-social que nos hemos venido dando y que nos ha permitido, con sus defectos, vivir un largo período de paz como nunca se había vivido en Europa.
En efecto, la guerra en Ucrania ha sido la principal cuestión de la escena política europea y, un año después, sí podemos concluir que la respuesta de Occidente ha sido contundente. Sin embargo, no podemos decir lo mismo del conjunto de la comunidad internacional.
Hace unos años, el gran historiador Niall Ferguson tituló un libro sobre la civilización occidental, The west and the rest. Argumentaba el autor que la pretendida universalización de los valores occidentales estaba siendo contestada contumazmente por “el resto” de los países que no estaban dispuestos a doblegarse a los principios de las democracias liberales.
Pues bien, la invasión rusa a Ucrania ha puesto de manifiesto cómo la reacción de Occidente no ha sido secundada por ese resto, siguiendo con la terminología de Ferguson. Basta con observar la fortaleza de las relaciones comerciales durante estos meses entre Rusia y China, a pesar del aparente enfriamiento; por no decir de aquellos otros países de diferentes regiones mundiales en los que Rusia ejerce una especial influencia, ya sea en América Latina como en Oriente.
En el seno de los foros de encuentros que realiza la Fundación Pablo VI, se ha renovado una colaboración con la cadena de televisión TRECE TV, donde se están tratando temas tan diversos como la situación de la justicia, la funcionarización en España, el diálogo social, la España rural o la guerra en Ucrania. Precisamente, en este último encuentro, nos acompañaron María Dolores de Cospedal, ex ministra de Defensa y vicepresidenta del Real Instituto Elcano y el general Pedro Pitarch, coincidiendo en que, un año después, la salida del conflicto parece cada vez más difícil, con unas consecuencias todavía poco previsibles.
Jesús Avezuela
Director General de la Fundación Pablo VI