El problema de la vivienda se convierte en una tragedia para la población más vulnerable. Niños viviendo en barracas sin acceso a luz ni agua, migrantes que llegaron a España buscando un futuro mejor y duermen en un sucio rincón de una gran ciudad, padres y madres de familia que perdieron su empleo y se enfrentan a un desahucio. Existen unas 42.000 personas sin hogar en España, un 7% más que el año anterior, según las demoledoras cifras que maneja Cáritas.
Alejandra, Juan y Lina conviven con estas realidades a diario. Trabajan en programas de ayuda a la vivienda para personas vulnerables y contaron sus experiencias de acompañamiento en el curso de DSI La crisis de la vivienda. Análisis y propuestas desde la Doctrina Social de la Iglesia celebrado en la Fundación Pablo VI los días 1 y 2 de julio.
Proyecto Base 25
El proyecto Base 25 de Cáritas Tenerife está dirigido a aquellas personas con una situación de vivienda insegura, esto significa que por alguna circunstancia están a punto de perder su hogar. Alejandra Hernández es la coordinadora de este programa y nos explicó la labor principal de Base 25. “Tenemos que acompañar a la gente para que sepan sus derechos, crear una estrategia para que tengan la capacidad de defenderse”. Las personas que atienden en el programa se encuentran en una situación de vivienda insegura bien por una ejecución hipotecaria o un desahucio de alquiler o en precario. El 40% son mujeres solas con niños que no pueden afrontar el coste de la vivienda. Una de las cuestiones en las que se fijan a la hora de abordar el problema es en la situación personal de la familia a la que atienden. “No es lo mismo que cuenten con una red de apoyo a que no tengan dónde ir”, apunta. Alejandra asegura que la situación con respecto a la vivienda está peor ahora que cuando comenzó el proyecto. “Antes nunca se quedaba una familia con niños en la calle, ahora con la falta de recursos, sí”.
Albergue San Juan de Dios
Juan Oyono es el coordinador de proyectos de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, que cuenta con dos albergues y varios pisos para jóvenes y mujeres en situación de vulnerabilidad en Madrid. La lista de espera del albergue de primera acogida es de 400 personas, lo que supone un año para poder entrar. La demanda de plazas es grande y los recursos, escasos. Muchas de las personas que llegan tienen distintos problemas como adicción a psicofármacos, estrés, ansiedad o están pasando por un duelo migratorio. El equipo de San Juan de Dios los acompaña y marca unos objetivos para que evolucionen y puedan ser cada vez más independientes. Un 25% de las personas que viven en el albergue y un 70% de los que están en pisos logran acceder a alojamientos normalizados.
Proyecto de vivienda del Ayuntamiento de Barcelona
Lina Poblet es la directora del servicio de intervención y mediación de la gerencia de vivienda del Ayuntamiento de Barcelona que está centrado en la intervención cuando hay un proceso de desahucio. Trabajan en red con otros organismos públicos y esto les permite saber los desahucios que se van a producir. Así, pueden informar a las personas afectadas del servicio de intermediación que realizan con los dueños de la vivienda para intentar prorrogar la estancia de los inquilinos o llegar a algún acuerdo. “Las personas que acompañamos son cada vez más vulnerables. La mayoría de los casos son impagos, los alquileres están muy caros en la ciudad de Barcelona y también fuera de ella”, explica Poblet. En 2024 realizaron 3.276 informes de vulnerabilidad para presentar ante los juzgados y retrasar desahucios de personas y familias que no tienen a dónde ir.
Durante el debate que siguió a la exposición de los proyectos, dirigido por Sandra Várez, directora de comunicación de la Fundación Pablo VI, se habló de problemáticas como la de la escasez de recursos habitacionales o la ocupación de pisos, una realidad que se ha magnificado, según Alejandra Hernández, gracias a la difusión de los medios de comunicación. “Sólo el 0,02% de las personas son ocupas”, aseguraba, “pero es más fácil culpabilizar a la gente y pensar que los problemas de vivienda son de un puñado de criminales que están ocupando las casas, significa que podemos decir que todo lo que pasa con el problema de la vivienda es de la gente, que es una fresca”, añadía.