12/05/2025
Presentación del libro “Teología de la movilidad humana de la hospitalidad al derecho a no tener que emigrar”

Frente a los intentos de quiebra de la democracia liberal en la UE debemos estar “más unidos que nunca”
Hay que ser conscientes de los tiempos oscuros que vivimos, pero éstos pueden transformarse en una oportunidad de reforzar la unidad y la esencia de la Unión Europea. Esta fue la idea general sobre la que pivotaron las reflexiones del programa de La Gran Pregunta que se emitió el día 6 de abril en TRECE, con la presencia de dos académicos conocedores de la situación geopolítica internacional y europeístas convencidos: Belén Becerril, profesora de Derecho de la Unión Europea de la Universidad CEU San Pablo; y Alberto Priego, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas.
Ante el clima prebélico que se dibuja y al que se apunta desde algunas instituciones europeas y los medios de comunicación, los dos analistas hablaron de la necesidad de fortalecer aquellos sectores en los que, hasta ahora, hemos sido tremendamente dependientes, sobre todo de EEUU: financiero, energético, tecnológico y de seguridad. Dice Belén Becerril que, frente a los muchos errores que Europa haya podido cometer, es la comunidad multilateral más acabada y eso es lo que Trump pretende dinamitar. “Confiaba en que el Brexit desestabilizara la Unión y se equivocó y por eso sigue manteniendo esa actitud contraria a la Unión. Lo que ocurre es provoca lo contrario que es un movimiento a favor de la unidad”.
En la misma línea se muestra Alberto Priego que cree que Trump se ha convertido en ese “federador externo” que necesitaba la Unión Europea. Sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, no ve el presidente de los EEUU un líder con estrategia. “Es un personaje profundamente impulsivo y le estamos dando una racionalidad de la que carece”, lo que le hace, de alguna manera, más peligroso, puesto que no mide las graves consecuencias de sus actos. La muestra más clara son los efectos que han provocado en las bolsas la política de aranceles que se traducirán en serios problemas económicos y en inflación. “El grave riesgo, dice el profesor la Universidad Pontificia Comillas, es cómo está cambiando las normas para perpetuarse en el poder, quebrando la unidad, los valores compartidos de la democracia liberal y de la civilización por encima de las diferencias”. Por eso, reclaman ambos una mayor confianza en todas estas instituciones democráticas que puedan hacer de contrapeso.
“Me disgusta la instrumentalización de aquello que es valioso para mí, como son las ideas cristianas. Hay una vocación universal en el cristianismo y en el catolicismo que es la búsqueda de la verdad, que va más allá de la política y que debe ser respetada”.
Unos contrapesos que, desde su punto de vista, deberían venir también desde las religiones que, como advirtió Belén Becerril, están sufriendo una instrumentalización cada vez mayor por parte de la política, tanto en EEUU como en Europa. Si bien, explica Alberto Priego, Trump no ha ganado por el voto católico como se podría llegar a pensar, sí que se ha producido, a su parecer, una manipulación por parte de los cristianos evangélicos blancos de la historia de EEUU y del papel que el país debe jugar en el mundo, como ocurre con la guerra de Gaza. Para el mesianismo ortodoxo, apuntó Priego, este conflicto es casi parte de una misión divina.
“Es verdad que el ascenso de Donald Trump nace, en parte, como respuesta a la cultura woke, añade Becerril”, pero “me disgusta la instrumentalización de aquello que es valioso para mí, como son las ideas cristianas. Creo que hay una vocación universal en el cristianismo y en el catolicismo que es la búsqueda de la verdad, que va más allá de la política y que debe ser respetada”.
Durante el coloquio, se analizó también la posible salida a la guerra de Gaza, la amenaza al territorio de Groenlandia o los ataques de Rusia a la integridad de los territorios y los procesos electorales europeos.
El profesor Priego, gran conocedor de la situación en Oriente Medio, se aventuró a decir que el conflicto de Gaza solo acabará con la desaparición del poder de Netanyahu y los sionistas religiosos, responsables de decisiones erráticas durante el ataque del 7 de octubre y acosados por numerosos casos de corrupción. “Frente a una ideología terrorista como la de Hamas hacen falta líderes de altura en Israel que ahora no existen”.
Sobre la lucha por el control del espacio geopolítico de Groenlandia y la guerra de los aranceles, Alberto Priego y Belén Becerril volvieron a poner el foco en la necesidad de fortalecer la alianza atlántica frente a las amenazas de Trump y de Putin. Este último tiene entre sus principales aliados a los nacionalismos exacerbartes que se sirven del poder de Rusia para sus objetivos de desestabilizar los estados. Sobre este punto, Belén Becerril se mostró confiada en que “los europeos sabremos mirar más lejos”.