Como creyente, mi primer recuerdo fue el del fallecimiento de San Juan Pablo II a quien tan vinculado estuvo Ratzinger, y el de la reacción popular que clamaba “santo subito”. Pero, como eso lleva su tiempo, prefiero evocar al intelectual. Sin duda lo hago por deformación profesional, ya que soy catedrático de filosofía del derecho...