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El Papa pide por dos enfermos a los que sus hospitales quieren dejar morir

El primero, un bebé de 23 meses, permanece hospitalizado desde diciembre de 2016 debido a una enfermedad neurológica degenerativa que le mantiene en un estado semi-vegetativo. El hospital pretende retirarle todos los tratamientos en contra de la voluntad de sus padres que quisieron llevarse a su hijo hace unos días para ofrecerle atención médica en otro centro. Pero la policía se lo impidió por orden judicial y la familia ha apelado a la Corte de Apelaciones en un caso que recuerda al del bebé británico Charlie Gard, que falleció en julio tras un largo litigio de los padres con el hospital.

El Papa sigue muy de cerca este caso, e interviene ahora a petición de los padres del menor para que se les permita llevar a su hijo a Italia, al hospital Bambino Gesu, vinculado al Vaticano.

“Son situaciones delicadas, muy dolorosas y complejas”, dijo ayer el Pontífice durante el rezo del Regina Coeli. “Oramos para que cada paciente sea respetado en su dignidad y tratado de manera adecuada a su condición, con el acuerdo de los familiares, médicos y los trabajadores de la salud con gran respeto por la vida”.


Vincent Lambert desea seguir viviendo

El otro caso es el del francés Vincent Lambert, un paciente en estado semi-vegetativo desde el año 2008, cuando sufrió un accidente de tráfico. Ante la decisión del Hospital Universitario de Reims de retirarle la alimentación y la hidratación, sus padres decidieron recurrir a la justicia francesa, que les dio la razón. Pero el Tribunal de Estrasburgo se ha puesto del lado del hospital.

Lambert

Además del testimonio de los padres, la Fundación Lejeune ha aportado testimonio de expertos que aseguran que el hombre es consciente de la situación a su alrededor y desea seguir viviendo.


¿Qué dice la Pontificia Academia de la Vida?

Sobre el caso del bebé Alfie Evans, el Presidente de la Pontificia Academia de la Vida, Mons. Vincenzo Paglia ha mostrado su deseo de que se reestablezca “el diálogo y la cooperación” entre los padres, “que comprensiblemente están devastados por el sufrimiento”, y las autoridades hospitalarias “para que juntos puedan buscar el bien completo de Alfie, y su cuidado no se quede reducido a una disputa legal.

Y concluye “Alfie no puede ser abandonado”, sino que él y sus padres “deben ser amados” hasta el final.

 

 
 



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