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El principal conflicto ético que se plantea en el ámbito sanitario surge cuando una mujer maltratada nos pide, apelando a la confidencialidad, que no comuniquemos el hecho a la autoridad judicial.

Violencia de género. Aspectos éticos en la atención primaria

Rosendo Bugarín González, Violencia de género. Aspectos éticos en la Atención Primaria. Andavira Editora, Santiago de Compostela 2017, 144 págs.

La violencia de género es injusta y maleficente. En consecuencia, también será maleficente, por parte del profesional sanitario, cualquier actitud pasiva, de inhibición, de omisión o de falta de diligencia en su investigación. Sería deseable promover programas de docencia, tanto en el pregrado como en el postgrado y en la formación continuada, para adiestrar y sensibilizar a dichos profesionales en esta materia, así como mejorar sus habilidades de comunicación. Se debe potenciar, en definitiva, que sean proactivos en la detección y seguimiento de este problema de salud.

 

ViolenciaGenero

 

El principal conflicto ético que se plantea en el ámbito sanitario surge cuando una mujer maltratada nos pide, apelando a la confidencialidad, que no comuniquemos el hecho a la autoridad judicial. Entran así en colisión dos principios: el de no maleficencia, que nos obliga (en estos casos incluso por imperativo legal) a tomar medidas para impedir un daño; frente al de autonomía, que nos insta a respetar las decisiones que tome nuestra paciente. Sería altamente recomendable que las Comisiones de Ética y Deontología de las diferentes profesiones sanitarias y de las sociedades científicas elaborasen y difundiesen una serie de recomendaciones sobre este problema.

La codificación en la historia clínica no está exenta de controversias: ¿debemos anotar todo tipo de maltrato?, ¿consideramos igual un insulto que un traumatismo físico?, ¿debemos anotar en la historia clínica de un maltratador que es un maltratador?, ¿debe constar en la historia clínica de los hijos que su madre es una mujer maltratada? Si una mujer rehace su vida y solicita que se borren los antecedentes de maltrato de su historia clínica, ¿no debería tener derecho al olvido?

El maltratador también es un usuario de los servicios sanitarios por lo que, en ocasiones, no podremos evitar preguntarnos cuáles son nuestras responsabilidades profesionales con respecto a su persona. Básicamente ésta es la cuestión: ¿podría beneficiarse de algún tipo de atención sanitaria?, ¿se puede rehabilitar evitándose así futuros episodios violentos? Parecen necesarias más investigaciones para conocer con mayor precisión la eficacia real de los programas de rehabilitación de maltratadores.

Por otra parte, el hecho de que tanto la mujer maltratada como el maltratador sean pacientes de un mismo médico de familia, podría constituir para el profesional un conflicto de lealtades o fidelidades.

La violencia simbólica, como forma de violencia invisible, indirecta (no física), subliminal que conduce a una dominación de la mujer sin que ella misma sea consciente, también está presente en el ámbito sanitario. En lo relativo al lenguaje, son frecuentes expresiones o denominaciones discriminatorias que se encuadran dentro del androcentrismo o el sexismo lingüísticos. Es recomendable sensibilizar a los profesionales de la salud en la utilización, tanto en la práctica diaria como en los informes médicos y en las publicaciones científicas, de un lenguaje genéricamente neutro.

Los profesionales sanitaros también estamos inmersos dentro de nuestra cultura por lo que, en ocasiones, nuestras actuaciones están mediadas por un sesgo de género que nos puede condicionar en los juicios diagnósticos o en las medidas terapéuticas propuestas. Es importante promover espacios de reflexión y debate sobre esta realidad.

Históricamente muchos estudios de investigación biomédica no han tenido en cuenta el sesgo derivado de no desagregar, para su análisis, los resultados en función del sexo y del género por lo que sus conclusiones han discriminado a las mujeres al proponer medidas terapéuticas que no eran efectivas para ellas, pero sí inseguras. Los comités de ética de la investigación deberían tener en cuenta este hecho a la hora de evaluar la pertinencia de los protocolos de ensayos clínicos.

Los estudios de investigación sobre la violencia de género son fundamentales para conocer mejor este fenómeno y así tomar medidas efectivas que conduzcan a su erradicación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que su puesta en marcha plantea problemas éticos específicos de enorme calado. Los grupos de investigación de la violencia de género deben conocer las recomendaciones éticas propuestas por la Organización Mundial de la Salud para llevar a cabo el diseño metodológico de estos proyectos.

Muchos profesionales de la salud desconocen el verdadero significado y las implicaciones del denominado “síndrome de alienación parental” ya que es un constructo que se elaboró fuera del contexto sanitario. Es importante que dicho colectivo esté al tanto del estado de esta cuestión, por lo que parecen necesarias actividades encaminadas a una mayor divulgación del informe elaborado sobre este asunto por el grupo de trabajo del Ministerio de Sanidad.

Por último, el cine es un recurso pedagógico con enormes potencialidades para el aprendizaje de la bioética y la deliberación moral. Sin embargo, apenas se ha tenido en cuenta para poner de relieve las dificultades en la toma de decisiones de los casos de violencia machista.

El autor de esta valiosa obra sabe bien de lo que escribe. Es médico de familia con amplia trayectoria profesional, cursó brillantemente el Máster de Bioética impulsado desde el Colegio de Médicos de A Coruña (a cuya junta directiva pertenece) y avalado por las Universidades de A Coruña y de Santiago de Compostela, es además vocal del Consejo de Bioética de Galicia. Para completar la información sobre el libro, cuya lectura recomendamos, incluimos el índice completo de la misma:

 

1. INTRODUCCIÓN 

2. LA DENOMINACIÓN SÍ IMPORTA 

3. LA CONSIDERACIÓN DEL MALTRATO DE GÉNERO 

3.1. Principio de no maleficencia 
3.2. Principio de justicia 
3.3. Principio de beneficencia 
3.4. Principio de autonomía 

4. EL GRAN CONFLICTO ÉTICO: LA MUJER MALTRATADA QUE NO QUIERE QUE SE EMITA UN PARTE DE LESIONES 

4.1. Deliberación sobre los hechos 
4.2. Deliberación sobre los valores 
4.3. Deliberación sobre los deberes 
4.4. Pruebas de consistencia de la decisión 
4.5. El problema de los registros en la historia clínica 

5. LA CONSIDERACIÓN DEL MALTRATADOR ¿ENFERMO O DELINCUENTE? 

5.1. Perfil psicológico del maltratador 
5.2. La rehabilitación del maltratador 
5.3. El registro en la historia clínica 
5.4. El maltratador y la mujer maltratada son pacientes del mismo profesional sanitario 

6. PSICOFÁRMACOS Y VIOLENCIA DE GÉNERO 

7. EL SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL 

7.1. Descripción 
7.2. Controversia y posicionamientos ante el SAP 
7.3. Aspectos éticos y deontológicos 

8. UN MALTRATADOR DE GÉNERO ¿PUEDE SER UN BUEN PADRE? 

9. ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO 

9.1. La autonomía y el respeto por las personas 
9.2. La maleficencia, minimizar los posibles daños 
9.3. Beneficencia, maximizar los posibles beneficios 
9.4. Justicia en la distribución de los recursos 

10. SESGO DE GÉNERO, INVESTIGACIÓN Y ASISTENCIA SANITARIA 

11. CINE, ÉTICA Y MALTRATO DE GÉNERO 

11.1 Te doy mis ojos 
11.1.1. El proceso del maltrato 
11.1.2. La víctima 
11.1.3. Las personas del contexto 
11.1.4. El maltratador 
11.1.5. El programa de rehabilitación 
11.1.6. Epílogo 
11.2. Sólo mía 

12. CONCLUSIONES 

13. BIBLIOGRAFÍA 




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